Los textos apócrifos sacudieron los cimientos de la Iglesia. Contraponemos las narraciones ocultas de esta institución con el reciente discurso papal.
Las jornadas mundiales de la juventud concentran en estos días a miles de personas en la villa de Madrid. El viaje del Papa como representante espiritual, no deja indiferente a la dividida juventud española. Los enfrentamientos entre jóvenes católicos y laicos se hacen patentes en la capital. Las imágenes de estos sucesos y las palabras del Santo Padre dejan cierto sabor agridulce a aquellos que se mantienen al margen de posicionamiento religioso alguno.
Ceremonias, vía crucis y encuentros. La presente gira espiritual se configura para los católicos como fundamental para reavivar los principios doctrinales de la Iglesia. La creciente laicidad de los países ha llevado al sumum representante eclesiástico a visitar nuestro país reivindicando un mensaje marcadamente evangélico. "Hay muchos que creyéndose dioses piensan no tener necesidad de más raíces ni cimientos que ellos mismos”, estas fueron algunas de sus palabras, pero ¿cuáles son estos cimientos?
Los cimientos de la Iglesia Católica a través de los Evangelios
La primera cuestión que hemos de traer a colación seguramente sea que entendemos por “evangelio”. Etimológicamente no es otra cosa que la “Buena Noticia” o revelación de la muerte y resurrección de Jesús. Dentro de la literatura, se trata de un conjunto de narraciones desarrolladas por las primeras comunidades cristianas, destinadas a anunciar esta buena nueva a través de los hechos y palabras del Mesías.
Cuatro son los evangelios canónicos, a saber: los evangelios según San Mateos, Marcos, Lucas y Juan. El adjetivo de canónicos lo tomarían hacía el año 200 después de Cristo, al estimarse por la Iglesia como únicamente válidos. Pero ¿son solo estos los textos sagrados? Si y no. Explicamos el porque. Fuera de estos cuatro evangelios, existen numerosas narraciones de alto valor histórico religioso negadas a ojos de la Iglesia. Estas otras narraciones reciben el nombre de “apócrifas” u “ocultas”.
Son alrededor de cincuenta los textos apócrifos encontrados y clasificados en tres grandes grupos: por su tendencia teológica (gnósticos), por la etapa de la vida de Jesús que narran (evangelios de la natividad, la infancia o la pasión) o por cuestiones colaterales (como la muerte de la Virgen) Su importancia radica en la contradicción de algunos de éstos con las versiones oficiales de la Iglesia. Básicamente son dos los textos que contienen las principales revelaciones negadas por la institución: los evangelios de Tomás y Felipe.
Los hallazgos de Nag Hammadi y los evangelios de Tomás y Felipe
En 1945 fueron descubiertos en Nag Hammadi, Egipto, trece códices con 52 tratados gnósticos. La Iglesia encontró así dos nuevos evangelios o más bien dichos pronunciados por el propio Jesús: el Evangelio de Mateo y el Evangelio de Felipe. Fechados en el siglo II d.C. se encuentran en lengua copta, aunque lo más probable es que fueran copias traducidas del griego.
El evangelio de Tomás consta de 114 dichos iniciados con un “Jesús dijo” o “El dijo”, lo que hace entrever el carácter directo de la narración. Algunos de los pasajes más controvertidos tienen que ver con el papel que el Mesías otorgaba a la mujer, muy distinto del que actualmente reconoce la Iglesia Católica. Son los siguientes:
Ceremonias, vía crucis y encuentros. La presente gira espiritual se configura para los católicos como fundamental para reavivar los principios doctrinales de la Iglesia. La creciente laicidad de los países ha llevado al sumum representante eclesiástico a visitar nuestro país reivindicando un mensaje marcadamente evangélico. "Hay muchos que creyéndose dioses piensan no tener necesidad de más raíces ni cimientos que ellos mismos”, estas fueron algunas de sus palabras, pero ¿cuáles son estos cimientos?
Los cimientos de la Iglesia Católica a través de los Evangelios
La primera cuestión que hemos de traer a colación seguramente sea que entendemos por “evangelio”. Etimológicamente no es otra cosa que la “Buena Noticia” o revelación de la muerte y resurrección de Jesús. Dentro de la literatura, se trata de un conjunto de narraciones desarrolladas por las primeras comunidades cristianas, destinadas a anunciar esta buena nueva a través de los hechos y palabras del Mesías.
Cuatro son los evangelios canónicos, a saber: los evangelios según San Mateos, Marcos, Lucas y Juan. El adjetivo de canónicos lo tomarían hacía el año 200 después de Cristo, al estimarse por la Iglesia como únicamente válidos. Pero ¿son solo estos los textos sagrados? Si y no. Explicamos el porque. Fuera de estos cuatro evangelios, existen numerosas narraciones de alto valor histórico religioso negadas a ojos de la Iglesia. Estas otras narraciones reciben el nombre de “apócrifas” u “ocultas”.
Son alrededor de cincuenta los textos apócrifos encontrados y clasificados en tres grandes grupos: por su tendencia teológica (gnósticos), por la etapa de la vida de Jesús que narran (evangelios de la natividad, la infancia o la pasión) o por cuestiones colaterales (como la muerte de la Virgen) Su importancia radica en la contradicción de algunos de éstos con las versiones oficiales de la Iglesia. Básicamente son dos los textos que contienen las principales revelaciones negadas por la institución: los evangelios de Tomás y Felipe.
Los hallazgos de Nag Hammadi y los evangelios de Tomás y Felipe
En 1945 fueron descubiertos en Nag Hammadi, Egipto, trece códices con 52 tratados gnósticos. La Iglesia encontró así dos nuevos evangelios o más bien dichos pronunciados por el propio Jesús: el Evangelio de Mateo y el Evangelio de Felipe. Fechados en el siglo II d.C. se encuentran en lengua copta, aunque lo más probable es que fueran copias traducidas del griego.
El evangelio de Tomás consta de 114 dichos iniciados con un “Jesús dijo” o “El dijo”, lo que hace entrever el carácter directo de la narración. Algunos de los pasajes más controvertidos tienen que ver con el papel que el Mesías otorgaba a la mujer, muy distinto del que actualmente reconoce la Iglesia Católica. Son los siguientes:
- “Simón Pedro les dice: «Que María salga de entre nosotros, pues las hembras no son dignas de la vida». Jesús dice: «He aquí que le inspiraré a ella para que se convierta en varón, para que ella misma se haga un espíritu viviente semejante a vosotros varones. Pues cada hembra que se convierte en varón, entrará en el Reino de los Cielos”. (114)
- “Jesús les dijo: «Cuando hagáis de los dos uno, y hagáis el interior como el exterior y el exterior como el interior y lo de arriba como lo de abajo, y cuando establezcáis el varón con la hembra como una sola unidad de tal modo que el hombre no sea masculino ni la mujer femenina, cuando establezcáis un ojo en el lugar de un ojo y una mano en el lugar de una mano y un pie en el lugar de un pie y una imagen en el lugar de una imagen, entonces entraréis en el Reino”.(22)
Actualmente se reconoce de manera universal la igualdad entre hombres y mujeres, no existe ni una sola institución que discrimine de manera abierta a la mujer en la forma y modo en que lo hace la Iglesia. ¿Por qué la mujer no puede ser sacerdote cuando existe una acusada falta de los mismos?
La relación de Jesús y Maria Magdalena: el evangelio según Felipe
El evangelio según Felipe, constituido por 127 párrafos, se enmarca como uno de los textos más controvertidos de los hasta ahora encontrados, dado que pone en entredicho la institución del celibato. Sugiere que María Magdalena era “compañera” de Jesús, designándose con esta apreciación como íntima del maestro. A saber:
La relación de Jesús y Maria Magdalena: el evangelio según Felipe
El evangelio según Felipe, constituido por 127 párrafos, se enmarca como uno de los textos más controvertidos de los hasta ahora encontrados, dado que pone en entredicho la institución del celibato. Sugiere que María Magdalena era “compañera” de Jesús, designándose con esta apreciación como íntima del maestro. A saber:
- L. 31: “Los perfectos son fecundados por un beso y engendrados”
- L. 32: “Tres eran las que caminaban con el señor: su madre María, la hermana de esta y Magdalena, a quien se designa como su compañera (Koinonos). María es en efecto, su madre su hermana y su compañera"
- L. 55: “La compañera de Cristo es María Magdalena. El Señor la amaba a María más que a todos sus discípulos y la beso en la (boca) repetidas veces”
No hemos de olvidar que María Magdalena ha pasado a la historia como una de las primeras pecadoras. Prueba de ello, las menciones que los evangelios canónicos hacen de esta. Tal identificación sería obra del Papa Gregorio en el año 591, al decir: "Ella, la cual Lucas llama la mujer pecadora, la cual José llama María (de Betania), nosotros creemos que es María, de quien siete demonios fueron expulsados, según Marcos”
Figura muy distinta le otorgan por los textos apócrifos, considerándola más cercana a Jesús que los propios discípulos. ¿Curiosidad o miedo de la Iglesia a un origen menos divino de Jesús?