sábado, 8 de diciembre de 2012

Crisis en la financiación del I+D+I y VIH


Los recortes en el I+D+I español ponen en riesgo investigaciones como la vacuna contra el SIDA.
Los recientes recortes anunciados por el gobierno de Mariano Rajoy, hacen peligar relevantes investigaciones entre las que destaca la vacuna española contra el VIH. Los recortes en investigación son inversiones en pobreza, y, la caída de un 30% de los recursos financieros destinados a ello, no hace más que acercarnos a la indigencia educativa.
 
Cronología de una muerte anunciada en I+D+I
El desmantelamiento de centros punteros como el Príncipe Felipe de Valencia, abre una cronología de fracasos en investigación difícilmente superable por otros países europeos. Pero, ¿qué centros neurálgicos se han visto afectados? Lanzamos aquí un breve a la vez que ilustrativo resumen de esta catarsis:



  •       Junio de 2012: El gobierno de Castilla la Mancha elimina la financiación de todos los programas de investigación de su universidad autonómica.




Paralización de la vacuna española contra el VIH

Tras concluir con éxito la primera fase de la vacuna que ponga fin al mal del SIDA, el Centro Nacional de Biotecnología del CSIC, ve paralizada su segunda fase. Mariano Esteban, responsable del desarrollo de este complejo, declaraba a El Confidencial: “Es una cuestión, lógicamente económica. Vivimos tiempos en los que estamos ajustados. La decisión de llevar a cabo la fase II depende de la obtención de recursos. Confiamos en que el proyecto pueda salir adelante”.

La vacuna probada en 2008, arrojó un resultado muy alentador (el 90% de los animales sometidos a estudio respondían con inmunidad al virus), se ve frenada en su fase segunda. La necesidad de testar el compuesto en pacientes enfermos, multiplica por diez el presupuesto necesario para su avance y, es aquí donde el CSIC, el Hospital Gregorio Marañón y el Hospital Clínic de Barcelona se topan con los recortes.

Hablar de confianza en la configuración de una vacuna que podría impedir el avance del SIDA, resulta insultante. No podemos olvidar que esta enfermedad se cobra casi un millón de vidas al año en África Subsahariana (informe de ONUSIDA).
Somo espectadores una vez más de que los motivos económicos superan toda motivación ética. “Confiemos” en que algún dirigente político ponga en la balanza ambas cuestiones y otorgue a la investigación la fundamental financiación que se merece.

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